domingo, 21 de junio de 2009

FyFFE

Mi generación no vivió la Guerra Civil española, pero sí nos fue contada por nuestros padres, cada uno según su buen saber y entender, la estudiamos tergiversada según opinión de la dictadura, y con la democracia cada día nos enteramos de sus atrocidades. No salimos de nuestro asombro y nos preguntamos cómo hubo entre españoles tanta barbarie, y por eso, aunque no la vivimos, la sufrimos. Aunque nuestra pena no es comparable a las vivencias que en sus carnes padecieron tanto los de uno como otro bando, el nacional (los sublevados) y el republicano (fieles al Gobierno). Un caso ilustrativo de aquella tragedia lo es un joven reportero de un periódico tinerfeño, José Antonio Rial, amante y defensor de las libertades, que en plena Guerra Civil, muy joven, denunciado por un amigo falangista, es detenido en su domicilio de Santa Cruz de Tenerife y, tras pasar unos días sometido a interrogatorios, es llevado a unos almacenes que fueron convertidos en prisión política, Fyffes, situados en lo que hoy es la avenida de los Reyes Católicos y el instituto El Chapatal.Fyffes era una compañía inglesa exportadora de frutas, que cedió sus almacenes para el encierro de republicanos. José Antonio Rial fue acusado del delito de pertenencia y actividad como militante de Juventudes Republicanas. Pasó siete años en diferentes cárceles franquistas, y en 1950 se exilia a Venezuela, donde ha vivido hasta ahora. Próximo dentro de unos días a cumplir 96 años, mantiene la mente limpia, una memoria prodigiosa, y se vale por sí mismo. Ha dedicado su vida al periodismo, el teatro y la literatura, siendo conocido sobre todo por la novela "La prisión de Fyffes", auténtica precursora de la Memoria Histórica, hoy reeditada por el Centro de la Cultura Popular Canaria, CajaCanarias y el Gobierno de Canarias, cuya lectura impresiona y recomiendo. En ella revive las vicisitudes de cientos de republicanos encarcelados, que, como él, cada día esperaban la muerte, muchos de ellos, asesinados o desaparecidos.José Antonio Rial malvivió y sobrevivió a prisiones franquistas desde el 30 de septiembre de 1936 al cinco de noviembre de 1943, la primera de ellas en Faifes (así la pronuncia él), contemplando estupefacto la rebelión franquista contra su patria, muy pendiente del frente de batalla. Hoy, a los 70 años de aquella locura que convirtió a Santa Cruz, hasta entonces civilizada y tolerante, en una ciudad al revés, con el crimen por testigo, José Antonio Rial nos ofreció unos testimonios impresionantes de aquella época en un homenaje que con ocasión de una visita a Tenerife en Navidades le ofreció el Centro de la Cultura Popular Canaria y la Agrupación Socialista de Santa Cruz. Habló de su vida, de su obra, del Consejo de Guerra que le sentenció a muerte, y de cómo pudo escapar de ella. Condenado sólo por sus ideas, sin haberle hecho el más mínimo daño a nadie, la mirada limpia de José Antonio Rial sólo desprende ternura, amor a la vida, al globo terráqueo como él insistió, al que le está muy agradecido porque le ha permitido vivir en él, amor a su República, sin ningún atisbo de rencor ni odio, con humor y mucha energía física y psíquica.Como José Antonio Rial, viven afortunadamente todavía otros compañeros que con él compartieron Fyffes, como Antonio García, Domingo Ortiz, Jacinto Arzola y Álvaro Fariña, y posiblemente otros que no he podido conocer, todos ellos un ejemplo de dignidad.

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