Al producirse el levantamiento militar de 1936, que daría lugar a la Guerra Civil española, la isla de La Palma (Canarias) se resiste al golpe y mantiene la legalidad republicana hasta el 25 de julio, cuando llega a la ciudad de Santa Cruz de La Palma el cañonero Canalejas. Este periodo de tiempo será conocido como la Semana Roja.
El golpe militar fracasa en esta isla al ser interceptado por el jefe de telégrafos el mensaje dirigido por los golpistas al comandante militar Baltasar Gómez Navarro, que debía dirigir el golpe en La Palma. En esos momentos era Delegado del Gobierno en la isla Tomás Yanes Rodríguez, de Izquierda Republicana. Al llegar las noticias del golpe el Frente Popular declara la huelga general, y se forman las milicias populares pero la Delegación de Gobierno no autoriza la toma del cuartel militar y trata de evitar siempre que las organizaciones obreras tomen demasiado poder (en estos momentos destaca la figura del comunista José Miguel Pérez, y en algunos municipios como Tazacorte las organizaciones comunistas tienen una gran importancia).
A la llegada del cañonero Canalejas la Delegación del Gobierno decide no ofrecer ningún tipo de resistencia armada y ordena desmovilizar a las milicias populares confiando en que el Gobierno de la República mande refuerzos, que el golpe fracase y que la legalidad se restablezca en todo el Estado.
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